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BodyBoard

jueves, 20 de noviembre de 2008


El bodyboard, con una trayectoria bastante más corta que el surf, pero con el mismo atractivo, se ha convertido en la mejor alternativa para que cualquier persona pueda deslizarse fácilmente sobre unas olas que, por fin, pasarán a ser las mejores aliadas. Inventar y dibujar espectaculares






piruetas a velocidades de vértigo, sin que por ello se vea mermada ni un ápice tu capacidad de maniobra, serán tus principales retos. En este deporte, igual que en el surf, las olas sirven para darse impulso, pero estos dos deportes sólo tienen esto en común. Hay tres maneras de montar una tabla de bodyboard:

"Prone": Es el estilo más clásico. Consiste en tumbarse en la tabla tocándola con el pecho y meterse dentro de las olas con los brazos. En este estilo, el centro de gravedad del bodyboarder coincide con el centro de gravedad de la tabla.




"Drop-Knee": El bodyboarder se sube a la tabla para mantenerse vertical, colocando un pie en la parte delantera de la tabla, y la rodilla y pierna contraria retrasada, al tiempo que la aleta funciona como timón. Se trata de apoyarse en una rodilla y el otro pie, para así tratar de rebajar tu peso.



"Stand-Up": La posición que adopta el bodyboarder para disfrutar del stand-up es sobre los dos pies (sin aletas). La tendencia es elegir tablas más anchas en el centro o en la parte posterior. El bodyboard, deporte que nació a principios de los 70 en Hawai, tiene como principal objetivo surfear sintiéndose lo más próximo posible a la ola. Las tablas son muy manejables y permiten ejecutar algunas piruetas como los giros de rosca en el aire.

A veces hay rivalidades entre los bodyboarders y los surfistas, por eso se ha de insistir que estos deportes sólo tienen en común el mar.

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